Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...
La poesía como platero puede ser pequeña y suave, sin huesos y de algodón, como platero pero como todo en esta vida, también puede ser oscura y dura con sus escarabajos de cristal negro.
La poesía corretea por todos nuestros corazones, rozando nuestros más sinceros sentimientos. Mientras la fotografía puede plasmar los campos de Moguer por los que una vez corrió este peculiar burrito, pero también es otra manera de capar la poesía visual, la que no es esconde en nuestros corazones pero que se nos muestra en grandes dosis delante nuestra.
Pero ante todo queremos llevar la literatura, la fotografía y el dibujo onubense más allá de nuestra provincia. Porque hay vida después de Juan Ramón Jiménez. Porque nosotros no somos siquiera los primeros tras él, pero tenemos el valor para dedicar nuestros más sencillos gestos al mundo.
Desde Huelva
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